28.9.12

Las verdades del Caso Tarrés

Es el último escándalo del deporte español. Por ese motivo, por desgracia, la natación sincronizada está acaparando más minutos de información que cuando ganaron las medallas en los no tan lejanos Juegos Olímpicos de Londres este último verano. La sincro ha pasado de ser reconocida por los éxitos de las Mengual, Tirados, Carbonell y compañía a estar en boca de todos por el Caso Tarrés. A estas alturas todos hemos oído hablar de la carta que quince nadadoras escribieron en contra de la todavía seleccionadora (su contrato expira en diciembre) y desde cuya aparición se han sucedido las informaciones contradictorias que unos y otros implicados han ido aportando a un caso que ha logrado hacerse un importante hueco en la actualidad de un país con otros muchos focos de tensión.

Con el paso de los días y después de leer y escuchar con atención tanto a las acusadoras, como a la acusada, sus ayudantes, las nadadoras que la defienden y al presidente de la Real Federación Española de Natación, tenemos los argumentos necesarios para sacar nuestras propias conclusiones acerca del lamentable espectáculo que nos brindan sus protagonistas.



Lucha por el poder.
Al final, casi siempre una disputa de esta magnitud tiene como trasfondo una lucha de poderes, de intereses, de control de las tomas de decisiones. Hasta hace cuatro años Anna Tarrés lo era todo en la sección federativa de sincronizada. La manejaba a su antojo como una sección anexa a la propia federación. Hacía y deshacía amparada en la permisividad del anterior presidente y su junta directiva, que le habían concedido su estatus de señora feudal de la sincro por sus múltiples éxitos y la por la influencia que los coleccionistas de medallas y méritos tienen a la hora de las elecciones.

Pero a finales de 2008 Fernando Carpena gana las elecciones a la RFEN por un solo voto y las tornas cambian para Tarrés y para muchos otros empleados que pertenecían a la cuerda de la directiva anterior. Desde ese momento entran en conflicto los derechos adquiridos de la seleccionadora con las ansias de controlar todas las áreas federativas de Carpena. Tienen lugar los primeros choques pero prescindir de alguien con el currículum de Anna Tarrés a las primeras de cambio traería más problemas que ventajas a un mandato que acababa de comenzar.

No vale todo.
La situación denunciada en la carta que las nadadoras firman contra Anna Tarrés no es nueva. Ya Paola Tirados había mandado a la Federación una carta que también tiene colgada en su web (www.paolatirados.com) en la que acusa a la seleccionadora de excederse en sus métodos y en su forma de tratar a las competidoras. A raíz de aquello se abrió una investigación que supuso una sanción interna a la entrenadora catalana pero que no tuvo una repercusión mediática importante.

En la carta que ha desatado la polvareda que hoy presenciamos se citan frases concretas que Anna Tarrés habría utilizado contra sus pupilas en las que las menospreciaba y vilipendiaba. Son faltas de respeto gravísimas que no se pueden tolerar ni siquiera justificándolas en un contexto de entrenamientos de máxima exigencia para la alta competición. Quien ha sido entrenador sabe que habitualmente se dicen cosas que fuera del contexto en que se pronuncian cambian su significado diametralmente en busca de un extra en el rendimiento de los deportistas. Pero hay límites que la dignidad humana no puede permitir que se superen. No puede valer todo. Tampoco que se acuse falsamente a alguien, en el caso de que todo resulte ser falso.


 
La conspiración.
Las últimas noticias aseguran que en la Federación de natación no solo conocían la existencia de la famosa carta sino que podrían estar detrás de su elaboración y de la captación de firmantes que diesen más peso a las acusaciones sobre Tarrés.

La trama desprende cierto tufillo a campaña para desacreditar a la seleccionadora justo al día siguiente de hacerse pública la decisión de no renovarle su contrato el próximo mes de enero. La medida que en su tiempo no se habían atrevido a tomar la afrontaban ahora, pero necesitaban el respaldo de un motivo de peso que la opinión pública valorase como necesario y suficiente para prescindir de los servicios de quien dio tantos premios y medallas al deporte español. Buscaron a las nadadoras resentidas y entre todos crearon el Caso Tarrés. Lo que queda por averiguar es por qué, de ser todo cierto, no tomaron cartas en el asunto en su momento con un despido que hubiera sido del todo procedente.


 
La investigación.
Quien haya seguido el programa de Onda Cero Al Primer Toque (@Al_PrimerToque)  que conduce Héctor Fernández(@hectorfernandez) ha podido escuchar las distintas versiones de nadadoras, asistentes y la propia Anna Tarrés, así como la del presidente de la RFEN, Fernando Carpena, quien rehusó cruzar su entrevista con ninguna de aquellas y en la que se mostró esquivo y dubitativo, intentando justificar en todo momento que las acusaciones expuestas en la carta de la discordia se habían producido antes de acceder él a la presidencia y que, a partir de entonces, no habrían ocurrido acontecimientos similares. Raro.

Por su parte, Anna Tarrés se mostró muy tranquila, confiada, segura de sí misma y de su labor, orgullosa, emanando protagonismo y un autoconcepto muy elevado. Es cierto que es una profesional de un prestigio mundial, pero de humildad no anda sobrada precisamente. En el programa nocturno de Onda Cero lograron hacer un retrato muy preciso de la todavía seleccionadora española.


 
Conclusiones.
En resumen, podemos decir sin miedo a equivocarnos que, efectivamente, hay Caso Tarrés. Es el caso de una entrenadora que gracias a sus éxitos logró un poder que le llevó a excederse en sus métodos y gestión de grupos sin tener quien le tosiese durante años. Una entrenadora endiosada que se encontró con alguien con el mismo afán de mando que le quiso arrebatar su cuota de protagonismo urdiendo una trama maquiavélica para moverla de su poltrona.

Tenemos una historia que en apenas una semana ha devaluado la imagen de un deporte que, si bien no es de los más seguidos por los espectadores ni por los medios, sí que siempre ha sido uno de los que mayor reconocimiento ha conseguido por sus resultados.
 
 
 

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