19.9.12

Málaga: Pellegrini frente al espejo

Estamos todavía con la resaca del grandioso debut del Málaga en la UEFA Champions League en un día en el que los malagueños y, especialmente Isco, han recibido elogios procedentes de toda Europa por su juego y por endosarle al Zenit un 3-0 inapelable. Un sueño del que nadie en la capital de la Costa del Sol quiere despertar. El Málaga C.F. a sus dieciocho años de edad, está viviendo una situación que pocos podían imaginar en la refundación del club tras el desastres que supuso la desaparición del histórico C.D. Málaga, gracias a la compra del club por parte de un jeque árabe y su gran inversión en fichajes pero, sobre todo, a la gran labor realizada por el entrenador Manuel Pellegrini, quien ha confeccionado una plantilla muy compensada, con grandes jugadores pero sin estrella rutilantes ni desembolsos estratosféricos.


En manos del técnico uruguayo se puso un proyecto que nació para Jesualdo Ferreira, el cual fue destituido a las pocas semanas de comenzar la pasada competición liguera. Después llegó el ex entrenador del Real Madrid, club del que había salido por la puerta de atrás por no ser tan mediático ni excéntrico como tantos demandaban y por ser quien hizo probar a Raúl el sabor del banquillo en muchos partidos.

Pellegrini llegó a Málaga buscando un lugar donde pudiera hacer no solo un equipo, sino una plantilla competitiva que luchase por los primeros lugares de la liga española, pero que, a su vez, le permitiese estar tranquilo lejos de los focos y la presión del día a día. Sabía que aceptar la opción del Málaga era arriesgada, ya que otro fracaso en un club poderoso económicamente podría relegarle al olvido, pero Pellegrini apostó por el Málaga igual que el club había apostado por él y comenzó a trabajar en hacer de los blanquiazules un conjunto que practicase buen fútbol y lograse resultados. Unos meses más tarde, el Málaga C.F. lograba el cuarto puesto liguero y el derecho a participar en la ronda previa de clasificación para la Liga de Campeones en una eliminatoria que superó brillantemente contra el Panathinaikos griego.

El Málaga de Pellegrini es un reflejo de lo que fue el Villarreal que dirigió el chileno y que llegó a las semifinales de la Champions encandilando a toda Europa con un juego netamente ofensivo, alegre y vistoso que convirtieron al Submarino amarillo en el segundo equipo de muchos españoles que disfrutaban viendo al equipo amarillo discutirle el balón y el protagonismo a los más grandes del fútbol continental. Ambos equipos, este Málaga y aquel Villarreal, guardan paralelismos que merece la pena que reseñemos como manera de reconocer la mano de su entrenador.

En el equipo castellonés se consagró el goleador Diego Forlán, que llegó al Villarreal tras un periodo en el Manchester United que resultó frustrante y muy negativo para él. Ahora podemos encontrar a las órdenes de Pellegrini a Javier Saviola, quien después de su paso por Barcelona y Real Madrid, donde no respondió a las expectativas que su pase a Europa había despertado, ha estado unos años curtiéndose y creciendo como futbolista en el Benfica, para recalar en el club costasoleño tras alcanzar éste la clasificación para la Champions.

Pero no se queda ahí la cosa. La coincidencia de jugadores talentosos en el centro del campo como Marcos Senna, Josico, Pires, o Santi Cazorla (quien acompañó a Pellegrini la temporada pasada en Málaga)  tiene su reflejo en los Toulalan, Joaquín, Eliseu. El genio que lleva la batuta del juego ofensivo como Riquelme lo hizo en Villarreal, lo tenemos en Isco, el gran protagonista del debut europeo. El papel de defensas experimentados y expeditivos que interpretaron Quique Álvarez, Peña y Gonzalo es similar a lo que hacen Demichelis y Welligton. La profundidad y trabajo de Arruabarrena, Sorín y el buen hacer de Javi Venta se identifican fácilmente en la labor de Jesús Gámez, Monreal y Portillo.

En definitiva, vemos en Málaga la firma y sello de un entrenador que sabe dotar a sus equipos de una capacidad de juego y competición difíciles de igualar, equipos que proponen juego vistoso y que enganchan al espectador, que hacen que todos los aficionados al buen fútbol deseemos que les sonrían los éxitos y nos hacen un poco seguidores suyos. En su día fue el Villarreal y ahora lo es el Málaga. Y siempre, Pellegrini.

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