Cuando un deportista sobrepasa la treintena ha de ir pensando en dos cosas: que su retirada está cerca y que ha de intentar conseguir un buen contrato adornado con una cifra de ceros sustancial que le garantice un retiro dorado. Para ello, aquellos que han alcanzado grandes cotas deportivas, han ganado títulos y se han hecho un nombre ilustre dentro de su deporte, suelen irse a países de poco nivel competitivo pero grandes recursos económicos donde son capaces de destacar a poco que hagan mientras se lo llevan fresco al bolsillo. Qatar, Estados Unidos o Japón son destinos habituales para el fin de las carreras de los futbolistas.
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Sarunas Jasikevicius es, a sus 36 años, un ejemplo de ese tipo de jugadores que alarga su carrera cuando ya no está al nivel físico ni deportivo que tenía en los mejores momentos de sus carrera. Después de una trayectoria espectacular en la que ha formado parte de varios de los mejores equipos europeos y que tuvo la oportunidad de jugar en la NBA durante tres temporadas en las que no pudo o no supo adaptarse al juego de la liga americana.
Cuando ya su nombre tiene más peso que su juego, Jasikevicius ha firmado por el Barcelona. Vuelve al club azulgrana casi diez años después de irse del equipo que dirigía Aíto García Reneses con la Euroliga bajo el brazo. Hasta ahí todo bien, pero como Saras, que es perro viejo, sabe bien que su llegada podría despertar dudas entre la afición barcelonista sobre su rendimiento por su edad y por su escaso rendimiento en los últimos Juegos Olímpicos de Londres y se le ha ocurrido que la mejor manera de calentar su presentación era decir que el máximo rival, el Real Madrid, había llamado a su puerta pero él, presunto culé, no había hecho caso a los blancos. "Me han llamado Barça y Madrid; solo he contestado a uno", ha dicho.
Pues muy bien, así de a gusto se ha quedado. Debe pensar el lituano que la mejor manera de enchufar a la afición con su fichaje es rajando del rival. Puede que eso fue lo que le transmitieron en sus tres años anteriores como blaugrana. O que necesita mostrarse en plan radical para calar bien en el entorno famoso. Hablando de entorno, ¿cómo podrá defender Rosell el fichaje de un casi cuarentón por un equipo que tanto presume de cantera?
La realidad es, además, sensiblemente diferente a lo que Jasikevicius quiere hacer ver. El Madrid no le ha llamado, fundamentalmente, porque tiene la posición de base más que cubierta con Llull, Sergio Rodríguez y el recién fichado Draper.
Por todo ello, podemos asegurar que Sarunas Jasikevicius es un VENTAJISTA.
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