16.8.12

Morir de éxito. El desmantelamiento del Athletic

Javi Martínez
Suele ser una constante en el fútbol. Cada vez que un equipo, pequeño o de los considerados "de segunda fila" hace una temporada muy por encima de las expectativas, sus jugadores más cotizados se revalorizan y son pretendidos por clubes de mayor nombre y presupuesto.

Es lo que le ha pasado al Athletic de Bielsa. El club bilbaíno, uno de los más laureados del fútbol español, lleva muchos años sin conseguir un título que le devuelva a la primera línea y, en este tiempo, ha visto cómo otros equipos históricamente inferiores han asumido su cuota de grandeza. Atlético de Madrid, Deportivo, Valencia, Villarreal o Sevilla tienen en sus vitrinas trofeos más recientes que los de los leones y son considerados mayores y mejores candidatos a las plazas europeas.




Llorente celebra un gol
Bielsa llegó con un gran cartel pero con las dudas que generaban su anterior etapa en los banquillos españoles. Sin embargo; cuajó una temporada plena de éxitos, aunque vacía de títulos. Y esa es la cruz de una temporada que tuvo muchas caras. La disputa de dos finales, la clasificación europea, la lección de juego en Old Trafford o el reconocimiento general a un juego dinámico, vistoso, ofensivo que hizo las delicias de propios y extraños supusieron las grandes alegrías del Athletic. Pero el fútbol no perdona. O ganas, o llegan los grandes y tientan a tus jugadores más representativos.

Llorente y Javi Martínez con el trofeo de la Eurocopa
Eso es lo que durante este verano ha venido ocurriendo en Ibaigane. Las dificultades económicas y el hecho de que sus jugadores franquicia sí ganen títulos con la selección española hacen del Athletic un club que no puede igualar las ofertas que les llegan a Javi Martínez, Fernando Llorente o Iker Muniain. Por eso los bilbaínos se ven obligados a vender al Bayern al primero, se han encontrado con la negativa a renovar del segundo y ven peligrar seriamente la continuidad de su joven extremo, una de las grandes promesas del fútbol europeo.

Es una de las reglas no escritas del juego. El ganador puede retener a sus mejores hombres y mejorar sus emolumentos y su plantilla. El finalista es la presa favorita de los grandes. A Urrutia y su directiva les queda lidiar con una situación muy incómoda que puede dejar, a pocas horas de empezar la Liga, una plantilla huérfana de héroes. Y a saber los incendios que tendrán que sofocar con su irascible entrenador, que ya tiene tras de sí una buena serie de polémicas y espantadas. Esperemos que lo sepan encauzar,

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