La historia del deporte español está salpicada de anécdotas, desgraciadas la mayoría de ellas, en torno a los mecánicos y sus errores. Desde Carlos Sáinz (en no pocas ocasiones) a Fernando Alonso y su querido amigo "El Tuercas" de Renault. El caso es que no se trata únicamente de deportes de motor en los que los mecánicos se han dejado notar para mal. 
En los últimos días ha tomado Londres, para mayor desgracia de nuestros ciclistas. En un homenaje (supuestamente involuntario, claro) al humor de Benny Hill o Mr. Bean o el más patrio de los inicios de Pepe Viyuela, se están dando una serie de despropósitos entre lo insólito y lo lamentable que dan una imagen del deporte español a la altura del triste y casi vacío medallero que estamos padeciendo en estos juegos. 
Cualquiera que siga el mayor acontecimiento deportivo por televisión con la ilusión de ver a nuestros deportistas luchar por la gloria olímpica y se encuentre de buenas a primeras con que Luis León Sánchez se queda sin opciones de medalla nada más bajar la rampa de salida porque se le sale la cadena de la bicicleta. O cuando se ve saltar por los aires en pleno esfuerzo el sillín de la bicicleta de Hodei Mazquiaran.
¿Qué falla en estos casos? ¿Quién tiene la culpa de que ocurran estas cosas en el nivel de competición más alto? ¿Es solo un conjunto de fatalidades o resulta que hay mecánicos que no están a la altura de la competición en la que participan?
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