La temporada que está haciendo el Athletic Club tiene muy preocupados, y con razón a los aficionados de bilbaínos ya que, tras la ilusión generada en la pasada campaña, la primera a las órdenes de Marcelo Bielsa, en la que el equipo desplegó un juego fantástico y encadenó una serie de actuaciones más que meritorias que le permitieron alcanzar las finales de la Copa del Rey y de la UEFA Europa League. En ambas salieron derrotados los rojiblancos y en ambas dieron una sensación muy diferente a la mostrada en gran parte de la campaña, con mención especial a la lección de fútbol que impartieron en Old Trafford ante el Manchester United. El final de la temporada fue muy duro con un Athletic que pagó la falta de rotaciones de su entrenador y el mal estado físico por agotamiento o lesiones de hombres fundamentales en el esquema del chileno como Ander Herrera.
Desde las derrotas en las finales ante Barcelona y Atlético de Madrid, todo lo acontecido en el club ha ido en contra de los intereses bilbotarras. Comenzando por el famoso incidente de Bielsa con los operarios de las obras del club y el desafortunado cruce de declaraciones en prensa del técnico y el presidente Urrutia y siguiendo por los culebrones del traspaso de Javi Martínez al Bayern de Múnich (asalto nocturno a las instalaciones de Lezama incluido) y de la frustrada salida de Fernando Llorente, el club se ha visto en los medios protagonizando polémicas y noticias sonrojantes como las filtraciones de las charlas de Bielsa tras perder la final de la UEFA más que por la calidad de su juego que la temporada pasada les permitió escribir una de las mejores campañas de la historia del club.
Sin embargo, no son nuevas estas aguas que bajan por Bilbao para una afición que hace quince años vivió una situación semejante a la actual cuando tras haber conseguido un más que meritorio subcampeonato de Liga en el año que se celebraba el centenario del club vasco, con una gran actuación a las órdenes de otro técnico de gran personalidad como Luis Fernández y clasificarse para la Liga de Campeones, pasó a realizar una temporada más que discreta al año siguiente, ocupando plazas de mitad de la tabla y con muchos problemas internos que trascendieron las paredes del vestuario.
La participación aquella lejana temporada en la Liga de Campeones se cerró con la eliminación en la fase de grupos como último clasificado del suyo, en el que compitió con Juventus, Rosenborg y Galatasaray. Este año el Athletic es último de su grupo de UEFA Europa League, aunque sus rivales son mucho más modestos.
En aquella ocasión también el jugador más representativo del Athletic en aquel momento, Julen Guerrero, pasó por momentos muy complicados que le llevaron al banquillo en numerosas ocasiones, misma situación que está viviendo Fernando Llorente en estos momentos. Ambos tuvieron que soportar ser señalados por sus respectivos entrenadores como culpables de situaciones contractuales que se habían formado a su alrededor, si bien hay una gran diferencia entre ambos: mientras Llorente ha proclamado públicamente su deseo de no renovar, Julen siempre fue fiel a sus colores, llegando a desechar una suculenta oferta del Real Madrid.
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