28.7.12

JJ.OO. Ceremonia de inauguración.

El pebetero, situado en el centro del estadio olímpico.
Pues ya han empezado los Juegos Olímpicos de Londres. Dos semanas en las que se repartirán medallas, gloria y decepción a partes iguales. Miles de deportistas de 204 países que lucharán por poner su nombre al lado de los mitos del deporte. Ilusión, esfuerzo, preparación... todo el trabajo de cuatro años se pone en juego en la gran cita del deporte mundial.






Imagen de la recreación de la campiña británica.

Anoche la ceremonia de inauguración también competía. Lo hacía contra la que hace cuatro años maravilló al mundo en Pekín cuando Li Ning sobrevoló El Nido para encender el pebetero. Y vaya si compitió. Un espectacular repaso por la historia del pueblo británico, de los pueblos británicos, desde la vida rural de la campiña inglesa (animales incluidos), pasando por la revolución industrial con una siderurgia que creó unos aros olímpicos que se unieron sobre el cielo londinense en un efecto impresionante, el voto de las sufraguistas, la literatura, el cine, el humor, la música... una demostración de la cultura british que tanto ha aportado al mundo.

La reina de Inglaterra junto a Jacques Rogge.

Un espectáculo cuyo punto fuerte fue la presunta aparición de la reina Isabel II (curioso verla rebuscar algo entre las uñas mientras desfilaba su delegación) en paracaídas junto a James Bond y que también tuvo una nota del típico humor inglés con la aparición de Mr. Bean (Rowan Atkinson) como uno más en la Filarmónica de Londres. Aparecieron los Beatles, los Rolling, Queen, Eurythmichs... todos mundialmente conocidos y reconocidos como iconos británicos.



Muy buena puesta en escena del director Danny Boyle que dio paso a un desfile más rápido de lo habitual en los Juegos gracias a la escrupulosa puntualidad británica, que creó un dispositivo de voluntarios que tocando el tambor se colocaba detrás de las delegaciones más remolonas para que aligeraran el paso, en el que brillaron con luz propia abanderados del tipo de Novak Djokovic (Serbia), María Sharapova (Rusia), Usain Bolt (Jamaica) o nuestro Pau Gasol. También pudimos darnos cuenta que se puede desfilar con uniformes estupendos como los de Estados Unidos, de Ralph Lauren, o Italia, de Armani, sin caer en la ordinariez de los uniformes de origen italo-ruso que tienen que padecer los españoles. Para ir así, casi mejor aparecer en chándal como Argentina, en vaqueros como los serbios o con un simple y resultón polo al estilo de los deportistas de Suecia.

Ahora nos quedan quince jornadas de deporte en casi cuarenta disciplinas en los que quizá consideremos que nuestro uniforme es más bonito conforme lo vayamos viendo sobre los podios de vencedores. A ver cuántas oportunidades tenemos de hacerlo.


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